20170104

El ingeniero del capo se escapa

Data Estel·lar fugitiva Dimecres 20170104

Basado en el triste suceso de México... en el jefazo de la droga que se escapó de la cárcel... Ibáñez realizó Mortadelo y Filemón: ¡El capo se escapa!, publicada en álbum en julio de 2016.

No la he leído. Algún día...

El caso es que hubo un precedente en una revista Super Tio Vivo número 131 de agosto de 1983.

Se trata de una foto de la historieta Tete Gutapercha: En la boca del lobo. Su autor completo es Tran, dado que no se indica guionista, que podría haber sido Francisco Serrano como en otros momentos. Numerito: 13664.




Esta historieta de dos páginas da claramente para una historieta larga. Tete Gutapercha es un decorador de interiores o un diseñador que también trabaja como arquitecto. Imaginamos un momento de necesidad laboral u otro de lo contrario, de tanto éxito, que atrae el interés del gangster. Así, realiza durante meses ese proyecto con todo tipo de percances y de gags entre el correcto Tete y una banda de gangsters hasta llegar a estas dos páginas que habrían conformado el episodio final. 

Lástima que no se diera cancha a este tipo de series ni de autores, aunque uno sospecha que Tran efectuaba este trabajo como un más a más pero que, a efectos de beneficiar a los lectores, está claro que en casos como éste hubiera sido precisa una aventura larga con este argumento.

De todos modos, en un contexto tebeístico ideal, el Olé de ¡El capo se escapa! hubiera llevado de complemento la historieta de 2 páginas que aquí os colocamos porque es la otra forma de ver el trato con un gangster.

También Tete Gutapercha es un personaje de Bruguera, por tanto, entendemos que está preso de Ediciones B-Grupo Zeta. Preso porque jamás ha habido  ni habrá una edición de sus historietas. Si no pertenece a la artillería sin pólvora de ese grupo mediático, la pregunta es ¿por qué Tran antes de fallecer o sus herederos o algunos editores independientes jamás intentaron ni intentan hoy en día una edición de su obra?

Como no ignoráis, son preguntas de esas que en la maginoteca nos gusta tirar de vez en cuando a la basura porque jamás tendrán una respuesta razonada ni, mucho menos, satisfactoria.