20130305

P99: Aunque le Cueste Creerlo

Data Estel·lar elverdesmenosverde Dimarts 20130305

Seguimos con la revista Pulgarcito número 99. Página 4 (contando la tapa).






Aquí tenemos la longeva sección Aunque Le Cueste Creerlo..., que veremos en Editorial Bruguera durante décadas, con diferentes formatos o dibujantes.

Evidentemente, es el tipo de sección que origina su propia parodia años después de las manos de Vázquez, Ibáñez (la mayoría) y Domènech (años 80): Increíble Pero Mentira.

Es una sección que otros periódicos, como la revista Lecturas, también mantuvo hasta finales de los 1990: allí se llamaba Vivir Para Ver y contenía récords, noticias curiosas (las que da Chuky en Tele5), mentiras, OVNIs y curiosidades sobre los famosos; cuando este último segmento copó toda la sección, dejó de tener sentido, y más si había revistas novedosas como Qué Me Dices, Cuore, etc... que se dedicaban a poner esas curiosidades: "coincidieron llevando el mismo vestido" (o no).

 Ignoro el dibujante o el guionista. Tanto en este caso como en otros. Por ejemplo, en la Colección SuperAventuras y sus series Jabato Color y Trueno Color... ¿quién era el dibujante? ¿Ángel Pardo? Ni idea.

Firma: "N." en los dibujos de la sección inferior: Para Pasar el Rato. Podría ser el mismo dibujante.

Eso sí. La falta de acreditación de dibujante y guionista no obsta para que Bruguera olvide algo que le interesaba mil veces más: el numerito.

¿A qué nos referimos con el numerito? El numerito de Bruguera es, como en otras editoriales y revistas, un número de referencia que nos puede ayudar, en este caso a clasificar las historietas, dibujos y secciones de manera cronológica por fecha de entrega. Parece ser que, en su versión más conocida, cinco cifras juntas en la calle superior de la última viñeta (1970-1971 hasta 1986), el número sería el del cheque o talón de cobro o número de entrega del talón, y que habría servido para decir que el autor había entregado y se le había aceptado el trabajo. Posteriormente, la editorial publicaría en el orden que más le conveniese sus páginas.

Efectivamente, hay páginas de un mismo dibujante, publicadas en revistas distintas de una misma temporada, con números más seguidos que los de historietas de la misma revista en que se publica una de esas historietas. Generalmente, sin embargo, en una misma revista, los numeritos no suelen diferir más de 100 o 200 arriba o abajo. Se puede considerar que eso sería el número álgido de entregas periódicas.

En las historietas refritas (reeditadas sin estar señaladas específicamente y que aparecen por doquier), el numerito puede no existir. Es borrado. Sin embargo, a veces, un remontaje o reescritura (de caligrafía manual a mecanografía) puede hacer que se le ponga un nuevo numerito: por tanto, es una nueva entrega para la editorial. Curioso.

Aquí el numerito es alfanumérico: "C.E: 650".

Por un lado es una cifra baja: 650.

Podríamos dividir 650 entre 100 revistas (para redondear): y nos daría unas 65 páginas por revista, número exagerado. Sin embargo, tengamos en cuenta que eso incluye chistes y otras secciones. Además, Bruguera, pese a todo, publicaba otras cosas. 

Es una cifra baja pero aceptable, y que nos señalaría la época, en ausencia de la portada, de la fecha, o del número de la revista: los primeros tiempos de la Editorial Bruguera.

Las letras "C.E." hacen referencia a "CREACIONES EDITORIALES", cosa que suena muy aséptica, y que se trata de la empresa montada para comerse los derechos de autor. Es la dueña de todas las marcas -personajes, nombres, títulos, descripciones de los mismos- y esas marcas están registradas a su nombre en el registro de la propiedad industrial. No deja de ser algo a la vez ingenioso, monstruoso, inmoral e innovador: desde los años 90, la llamada "tercera revolución industrial", uno de esos fraudes de gestión empresarial, se volcó en eliminar stocks, eliminar almacenes, eliminar procesos productivos... bajo el nombre de externalizar, esto es, subcontratar a bajo coste todo lo que no dé beneficios directos, o de problemas posibles, como pasa con los trabajadores (así entran a saco las empresas de seguridad, consultorías de trabajo temporal, ETTs, etc... los Prosegur/Servimax, Adecco... en tareas de consergería, seguridad, recepción, telefonía, y en los últimos tiempos del Tripartit en la Generalitat dejaron un caramelito apetitoso para la ultraderecha financiera de CiU y envenenado para la gente honesta: que fueran esas empresas las que obtuvieran el servicio de administración, auxiliar administrativos, subalternos... ¿y luego llorarán por haber perdido las Elecciones pero no por desproteger a los trabajadores?). 

Por tanto, a partir de los años 90 en gran escala, varias empresas suprimen líneas de producción, y las subcontratan en China o en algún otro campo de esclavos, y se quedan con las marcas y los planos. El espionaje industrial se basa en eso. 

Bruguera, por tanto, se adelanta, en cuanto a gran escala, a lo que luego harán Marvel y DC: los superhéroes con ese "TM" que no es "timo" ¿o sí? sino "TradeMark" ("Marca Comercial").

Editorial Bruguera da para todo un prolijo estudio económico, empresarial y de gestión.