20150123

Repsol y el Gobierno escapan de Canarias

Data Estel·lar parachapapòtica Divendres 20150123

Fue grave la cosa:

1.-El PP, Gobierno de España, liderado por Mariano Rajoy, suprime las subvenciones y el tránsito hacia las energías renovable  [2021: la ultraderecha mediática ya dice sin tapujos, en el contexto de la subida de precios de la energía y de otras materias primas,  que la energía nuclear "ecológica" y que así se dice en Francia, como si ese país fuera un ejemplo a seguir en lo mediambiental. Es también la más derecha la dueña de las empresas eólicas y solares... cuando debería ser todo de autoinstalación y de mejoras individuales]
2.-Coloca de ministro a un canario que es un émulo físico de Aznar (no es que se parezca, es que se le quiere parecer) del que se sabe su cercanía chunga a la industria del petróleo.
3.-El Gobierno de España del PP permite a Repsol hacer prospecciones con fracking o fractura geológica. ¿Geo... pero eso no es de terremotos? Ajá. Como lo del Castor en la costa de Tarragona-Castellón.   [los tribunales y jueces les dieron una palmadita en la espalda a los de Castor]

4.-Campaña política nacionalista en medios de comunicación sobre la base: "si Marruecos saca petróleo de la franja saharaui, España también, ¿o es que vamos a ser menos?" Esto se ha dicho y repetido con variantes, de manera más formalita y técnica y de manera más insultante y gritona.
De nuevo, el nacionalismo es una pantalla para esconder los negocios sucios.

5.-Repsol inicia prospecciones.
6.-El Gobierno de España mandado por la mayoría absoluta del Partido Popular envía a la Armada (menuda web, más de propaganda que de información pública), sector del Ejército de España, organismo público pagado por todos los contribuyentes, para usarlos de protección para una empresa privada llamada Repsol. Antaño, Repsol fue pública pero el PSOE y el PP decidieron que era hora de dársela a unos amigos que sabían mucho a cambio de un dinerillo insuficiente para pagar todo lo que el Estado (los españoles) han pagado para construir esa empresa pero también a cambio de asientos en los consejos de administración, en ciclos de conferencias bien pagados por fundaciones afines, etc. Dinero público convertido en dinero privado. Pérdida de autonomía en política energética por parte de los ciudadanos españoles convertidos, no en consumidores electores entre opciones (que ya es bajar desde el rango alto de ser ciudadano) sino que son convertidos en siervos de un monopolio privado (amplísima mayoría de gasolineras son de Repsol-Campsa-Petronor durante 20 o 30 años).
7.-La Armada queda reducida a un papel de segurata matón pagado por los contribuyentes pero a las órdenes de una empresa privada. Espanta a dos buques científicos universitarios, cosa que molesta a la Marina Mercante, en una clara maniobra de oscurantismo, frente a lo que debería ser la actuación de un organismo sujeto a la Constitución.
8.-Embestida de un barco de Greenpeace.
9.-Detención del barco. Fianza. 50000€. Compárese con la de 200000€ para el amigo Bárcenas, claro. O la fianza de 16 millones de € para el banquero (y por tanto amigo) Blesa que llevó a la destitución del juez Elpidio Silva, que pasó a ser el cabeza de lista del partido político Movimiento RED. Teniendo la gravedad de los casos, la fianza para recuperar el barco de Greenpeace no es proporcional. Ni hay juicio ni hay delito pero hay fianza. En otros casos, la fianza se anula y se despide al juez.
9.-No pasa nada: exculpación del Gobierno de la Armada. No han hecho nada malo
10.-Fin de las prospecciones. El ministro petrofílico sale medio llorando, en plan responsable, diciendo algo nuevo: "que esto hubiera traído puestos de trabajo".
11.-Del coste ecológico, ni mú.
12.-¡Qué suerte tienen los canarios! Se acabó lo del referéndum con menos problemas que en Catalunya.


Comunicado de Greenpeace:

Repsol ha anunciado que se retira de aguas de las islas Canarias. No extraerán petróleo, pero dejan un daño en una zona de incalculable valor ecológico. Las prospecciones siempre tienen efectos negativos sobre los lugares donde se realizan, según reconocen las propias compañías petroleras. Y Greenpeace va pedir explicaciones a Repsol y al Gobierno para que evalúen cuáles han sido los daños causados durante las 9 semanas que han durado las prospecciones.

La contaminación acústica de las operaciones de perforación y barcos afecta muy negativamente a los cetáceos. La contaminación química, producida por los lodos de perforación y los materiales extraídos del pozo que son vertidos al mar por toneladas, también genera impactos importantes en fauna y flora a kilómetros de distancia del punto de sondeo.

De nada sirvieron las advertencias de la comunidad científica mundial desaconsejando las prospecciones. Tampoco sirvió el clamor popular de todos los colectivos e instituciones canarias rechazando el proyecto. Finalmente el Gobierno llevó a Repsol a Canarias.
 Pero ahora la empresa sale a hurtadillas del archipiélago esperando que su aventura no le cueste más dinero o más deterioro de su imagen. La huida también esconde el fracaso de la aventura personal del ministro de Industria, José Manuel Soria, que ha hecho todo lo posible para sacar adelante este enloquecido proyecto petrolero. Y para ello no ha dudado en destinar a un buque de la Armada para defender al barco de la multinacional de los activistas pacíficos de Greenpeace, o vulnerar leyes y directivas europeas por lo que actualmente está siendo investigado por Bruselas. Incluso un juez del Tribunal Superior de Justicia de Canarias así lo confirma en un auto particular, donde afirma que “la autorización de los sondeos incurrió en desviación de poder y falta de independencia de los órganos administrativos” y que “puede esperarse una devastación del fondo marino muy superior a la considerada”.

 Y aunque la salida de Repsol de Canarias es una buena noticia, no podemos bajar la guardia. Todavía existen en nuestro país varios permisos para buscar hidrocarburos en el mar. La propia multinacional Repsol cuenta con el beneplácito del Gobierno para perforar en Tarragona junto al delta del Ebro o en las costa de Bizkaia. Otras empresas, como Shell, Cairn Energy o Seabird, viejas conocidas de Greenpeace por su depredación del Ártico, esperan la autorización del Gobierno para buscar petróleo en las aguas que rodean las islas Baleares, en el golfo de León o el Cantábrico.