20141108

Tres de Ja-ja: La Tournée no es de risa

Data Estel·lar eneladjetivo Dissabte 20141108

p317: -¡¡Hasta a Dios lo quieren para ellos solos!!
El tercer libro fue La Tournée de Dios. Novela casi divina, escrita por Enrique Jardiel Poncela. Publicada en 1932. Y leído entre octubre y noviembre 2014, que es lo relevante para la maginoteca.


 Sería muy interesante saber por qué los que escriben las contraportadas nunca leen el contenido de los libros o se leen un resumen en El Rincón del Vago. Publicada en la Biblioteca Nueva, en 2003, nos sueltan, así, como quien no quiere la cosa:

es su novela más divertida y disparatada.

 Ni error ni exageración: MENTIRA.

Si por novela de humor entendemos de nuevo cuatro chistes, y encima el meter una novela rosa, con una historia de noviazgos inverosímiles para la época (bueno, claro, es que hablan de la burguesía, que nunca caigo) y con separaciones y divoricios (y luego todos estos escritores se van al Franquismos, que prohíbe el divorcio y no acepta las bodas de divorciados de la Segunda República). 

Luis Alemany escribe la introducción, con datos biográficos, señala en las notas de la novelas varios rasgos molestos: cada vez que escriben "la" poner "es un laísmo". Si lo hubiera puesto como ejercicio:

 "actividad 1a. En color rojo, hacer un círculo alrededor del pronombre cuando sea laísmo. 1b: ¿por qué es laísmo? 1c: Haz un periscopio."

La novela debe tanto a la propia vida conyugal del autor como a sus novelas precedentes, Amor se escribe sin hache (pero todas las palabras importantes llevan hache... como herror) o Espérame en Siberia, vida mía. 

En ambas novelas, la idea es parodiar la novela sentimental o novela rosa. Es un género en boga. De hecho, la novela popular está en auge en los años 20 y 30. No esta mal, teniendo en cuenta el índice de analfabetismo en la época, incluso fuera del Ministerio de Educacion.

Lo que uno espera de esta novela es exactamente lo que no sucede. 

p318 Zumban los autos. Zumban las motos. Zumban las ametralladoras. ¡Tacatacatá! ¡Tacatacatacatá! ¡Tac, tacatá!
Nada que ver con ninguna película yankee con aparición de Dios ni nada así. Tampoco nada que ver con las dos películas sesenteras españolas de San Valentín. 

Pero es que no es una novela de humor. 

Ya sé que el humor no es que te hagan cosquillas, pero precisamente Jardiel Poncela hace chistes de hacer cosquillas, en tanto el contenido profundo y continuamente presente no es ni cosquillas ni pretende hacer gracia ni es cómico ni humorístico. Es una novela teológica: Jardiel Poncela se acerca a la figura de Dios de quien se nos dice que no lo podemos conocer, pero del que ¿acaso se nos da menos información que de los otros personajes de los que apenas sabemos su nombre y un dato? Por ejemplo, que el doctor Flagg es un mentiroso, pero apenas tenemos mentiras suyas. Sobre las obras de teatro de Federico Orellana, no tenemos ni idea, y es un dato señalado por el propio Luis Alemany. Sobre Natalia Lorzain, no sabemos mucho más que su trabajo de actriz, y las explicaciones sobre qué ha hecho "en los últimos dos años" están llenas de números pero también de vaguedades. Y del periodista Perico Espasa, sabemos que no se llama así, que es catalán y, sobretodo, pero sin decirlo del todo y porque el crítico Luis Alemany lo suelta en una nota, que es homosexual. Si lo llaman Espasa es porque es como una enciclopedia, pero nunca demuestra su gran cultura en el libro, si no es muy de pasada.

Así pues del dios llamado Dios que se presenta ante el público para proclamar que nadie lo conoce, sabemos tan poco como de los demás.

La historia es ágil, está montada a base de episodios que se pueden ordenar de otra manera: del 5 al 7 van seguidos pero luego pasa al 3. Sería muy interesante poder leer el libro de otra manera, y lo puede hacer el lector porque el papel lo permite, pero en formato htm con hipertextos aún sería más adecuado, lo que nos lleva al tema de la actualidad.

Es un libro de 1932 pero en el que hay muchos elementos actuales, como las aglomeraciones en plan grupos de fans, como el papel de los medios de comunicación, como la volubilidad de las masas en sus intereses, y cómo algo pasa a ser trending topic a no ser interesante para nadie. Los hay que son actuales para todo el siglo XX. Los hay que en el 2014 aún lo son y los hay que no eran presentes entonces pero que lo son en el siglo XXI: como la pareja del flechazo que se casan o se van a vivir juntos (eso es casarse pero sin casarse) y se separan al tener el hijo, total 3 años, y hasta nunca. Es un fenómeno creciente que ya sale en la novela, y además como tema principal.

Aparte del tema misógino del autor y del protagonista, y otras opiniones que, en fin, para debatir, lo principal es el tratamiento que se hace de Dios y de lo que pasa a su alrededor, de cómo es indiferente a todo e incluso opuesto a prácticas que se consideran religiosamente normales. 

Es posible que haya que leer esta novela, pero no desde el punto de vista del humor sino como una guía de cómo hacer una novela de contenido coral, con toda la gente de Madrid o de otros puntos, con muchos personajes (aunque ninguno en profundidad), que se mueven con un objetivo y con el autor otorgando opiniones a todos ellos. 

La novela es muy cinematografiable. Ignoro si en la época, años 30, se hubiera podido hacer la película, por cuestiones técnicas. Ciertamente hay mucho de teatro, de parlotear, pero hay decripciones y escenas, como la del dirigible, como la del discurso de Dios en la plaza de toros, como la de las aglomeraciones y cargas policiales en los alrededores del Cerro de los Ángeles, que son para ser rodadas y no para el teatro. Hay momentos en el que el narrador omnisciente tiene la voz de aquellas películas tipo Bienvenido, Mister Marshall.

La técnica del Hollywood de la época podría haber hecho el discurso, siempre al margen de su contenido, que hay que leer y asimilar, pero hay otras escenas más difíciles... pero que parece que Jardiel lanza un grito de que eso es un guión, y que los episodios están en diferente orden porque una película se graba así, por trozos, y que el montador hará el montaje al final. 

Ahora, a nivel de guión, de censura, etc., es casi imposible que se hubiera podido hacer. El dios pasota pero tronante que se queda más que con dos amigos, y aún así... no hubiera pasado la censura eclesiástica ni la otra. 

Aunque la dedicatoria va a "A Dios, que me es muy simpático", lo cierto es que no puede caerle simpático a casi nadie. Según el narrador omnisciente y según el propio Dios de la novela, a nadie. Y no pasa nada. 

Dios, el dolor y la felicidad son los tres temas que explícitamente aparecen mencionados todo el rato.

A la salida del museo del Prado, la típica visita a todos los sitios que una personalidad recibe, 

el único comentario de Dios fue susurrar dando un último vistazo a la rotonda: 

-¡Qué inútil es todo esto!


Cabe recordar aquí que Alemany se dedica a hacer de risa enlatada de telecomedia y decirnos en las notas cuando una cosa tiene gracia o qué puede significar. Un poquito callado se podría haber estado, la verdad.

Jardiel parece dominar todas las masas, las opiniones, movimientos, personajes pintorescos, protagonistas, y elementos accesorios que aparecen y se mueven por la novela, lo que es destacable porque son muchos, aunque no lo parezca. Además, lanza listados de diarios, de títulos oficiales, detalla todo un programa de actos, escribe una entrevista a Dios, un discurso del mismo, y un final que uno espera desde el comienzo o que he leído muchos tebeos.

No queda mejor parada la humanidad ni el catolicismo (la única religión que aparece, salvo una mención por parte de Flagg al budismo). 

Es una novela muy dura, aunque diríase que muy meditada y documentada. ¿Por qué Dios no actúa ante las injusticias? 

La novela trata tanto las grandes masas como una historia familiar o exfamiliar (la pareja con un hijo se separa). Dios intersecta con el caso particular de Federico Orellana y Natalia Lorzain, además de haber impactado en toda la humanidad, sobretodo en los madrileños o los que están en Madrid en esos días.

En el ámbito de la continuidad en el mundo literario montado por Jardiel Poncela, aparecen personajes como el Doctor Flagg, y el ladrón Manuel Roa, el "poresosmundos", de novelas anteriores. Aunque Alemany considera la aparición del segundo como una incoherencia, no tenemos datos para saber si el rehabilitado ladrón habría vuelto a su vocación o si la novela sucede antes que la anterior publicada.

Cada personaje podría haber sido más exprimido. Sobretodo, Flagg y Espasa.
p318: Y entonces murmura con un acento en el que quizá hay cierta melancolía fatigada: 
 
-Sí... Siempre que intervengo Yo ocurre algo semejante...



No hay adaptación a la historieta... y casi que mejor porque veo que hay demasiados dibujantes que se creen que dibujar bien es dibujar aburrido,  y demasiados editores que sólo tienen en mente contratar a dibujantes aburrientes: en estilo realista en personajes y escenarios sin salirse del canon del álbum francés pero sin líneas cinéticas ni ningún recurso de la historieta porque lo ven cutre y porque no saben usarlos.