20101028

Manga: ¿oportunidad desaprovechada?

Data Estel·lar estilística Dijous 20101028

Me dejo de tonterias y admito que es, entrados los años 90 cuando el manga se implanta con fuerza en España (tal vez en toda Europa, puesto que esto nos llega de Francia e Italia, que es donde han venido o los tebeos o los dibujos animados de aquel primer Telecinco con sus nombres adaptados).

Sí, ya sabemos tod@s la Historia mitológica: primero fue El Víbora hacia 1981, luego fue Bruguera con Candy,Candy en Lily o en Esther... y todo lo demás era adaptaciones de dibujos animados realizados por Estudios Beaumont y otros, osea, que no eran mangas, no eran tebeos japoneses, e incluso abominaban cuando podían del estilo de dibujo japonés o de la forma narrativa calmada japonesa, osea, de la esencia. Se quedaban con la marca y listos. Apenas habrá un par de casos, realizados por Jan, en los que el dibujo, en Marco o en Las Bellas Historias de Heidi, se adapte al estilo manga, y no parezca un pastiche o algo ajeno al anime emitido por TVE. 

Si nos pensamos que eso se acaba a principios de los noventa, nos equivocamos, puesto que aún tuvieron el valor de sacar alguna adaptación patillera de Campeones (a mí me suena haber visto algo en la prensa, por entregas; no sólo infumable, también alergénico). Eso sería hacia 1990 o 1991. Si aún nos vamos hacia el 1993 o 1994, nos podemos encontrar con una revista titulada ya Manga, que aún podemos encontrar en las tiendas de los chinos en el 2010: se trata de Ninja High School, de la factoría de un tal Ben Dunn, un negocio de éxito, por lo que yo sé. 

Sobre si todo eso es manga: 

MANGA MADE IN AMERICA ISNT REAL MANGA
Many people think this because they are ignorant to the fact that manga is just japanese for “comic.” Mind you manga is only a type of comic book, it’s just printed differently and read in an eastern pattern. After all book from western countries are considered backwards to easterners , they have to read in a way they aren’t used to just like we have to read their books. Now you’re probably thinking “but a manga isnt a manga unless made by a japanese person in japan” well once again im gonna use pizza as an example, so a pizza isnt a pizza unless made by an italian in italy right? And dont think “it’s not the same thing” because though it’s different examples it is the same thing, anyone can draw manga ANYWHERE in the world.


Yo voy a considerar lo mismo que aprendí en unas conferencias sobre Novela Gráfica (tebeo gafapasta), que puede serlo o puede no serlo, según los razonamientos de cada uno. ¿Es Little Orphan Annie una novela gráfica? ¿Lo es la biografía de Carlos V, de Usero? ¿Lo son las Joyas Literarias Juveniles? ¿O sólo lo es Pyonpyang y similares? La discusión siempre estará abierta. 

 En ese sentido, seré restrictivo: y tomaré como manga lo realizado por japoneses en Japón, editoriales japonesas, con un estilo gráfico, narrativo y de construcción de escenarios y personajes reconocibles como tal por medio de cientos de series de animación y de historietas japonesas. Ojos grandes y sin prisas para explicar algo, para resumirlo. 

Y eso llega a mediados de los años 90. Es la época en la que comienza el Salón del Manga de L'Hospitalet de Llobregat. Los primeros años parecía que iba a ser algo fugaz, una moda que se acabaría. Es decir, se pensaba que iba a durar el Salón del Manga de L'H unos poquitos años, aunque a la vez todo el mundo pensaba que el manga había llegado para quedarse y para zamparse absolutamente todo el mercado local, cosa que me niego a admitir como causa única (mucha responsabilidad la tienen una técnicas de marketing, una ineficacia manifiesta y una falta de voluntad incomprensible por parte de la o las grandes empresas editoriales de producción española, como el entorno del Grupo Zeta, que prefirió apostar por Akira a la vez que clamaba contra el manga porque iba a dejar sin trabajo a los dibujantes españoles).

En realidad, el fenómeno manga se expandió. Se abrieron otros salones y ferias, algunos pequeños y locales, pero llenos de entusiasmo. Y se crearon varias asociaciones. Desde los años 2001 o 2002, no es nada raro que los alumnos de las escuelas dibujen con "estilo manga" frente al "estilo ibañezco" de décadas anteriores. El manga y sus asociaciones y grupos entran en el Saló del Comic, para desespero de todo aquél rancio que no quiere ver gente disfrazada en Su Salón. 

En definitiva, estamos en el 2010 a la hora de escribir estar líneas, y el manga está consolidado. No ha destruido el mercado de autores españoles, aunque sí que este se ha transformado: de hecho, alguien tendría que hacer un libro o un prospecto de medicamentos enumerando todas las transformaciones que la historieta española ha realizado a lo largo de la Historia, frente al inmovilismo gráfico, estético y de guión de los estadounidenses, francobelgas o japoneses. Es algo positivo porque supone una capacidad de adaptación a situaciones súbitamente cambiantes.

También es cierto que el manga ha sufrido crisis. Pero no las controlo. Me refiero a crisis en España. Pero me baso en lo que le oí a un vendedor, que si tal editorial medio cerraba y cosas así. En paralelo, y esto es muy destacable, tal vez el manga haya supuesto la renovación del tebeo en catalán, en el sentido de que, si bien nunca ha habido superhéroes en catalán (puede que alguna muestra o algún intento... unos por Internet que tradumaqueten), en cambio sí que hay manga en catalán, basado tanto en el mercado existente por la televisión (mangas de "éxitos de la tele": Doraemon, Shin Chan) como por el éxito del fenómeno manga en Catalunya (entiendo que en poblaciones y barrios catalanoparlantes o no reacios a la lectura en catalán), y también vinculado a la voluntad de algunos editores. En este sentido, hay que destacar el caso de Glénat: su editor, Joan Navarro, comentaba en una conferencia hacia el 2009 o 2010 -y parecía basado en datos reales- que él era el editor que más tebeos en catalán había publicado. Eso supone superar a Cavall Fort (una fórmula francobelga, con exclusión expresa de lo brugueriano, y con alguna escasísima inclusión de alguna página del TBO como algo histórico; y a donde el manga ni ha llegado ni se le espera). También supone superar a las editoriales como Barcanova o Casals, lógicamente porque generalmente han publicado cosas prepublicadas en Cavall Fort (Massagran, Pere Vidal) o series de no demasiados números. Han publicado tebeos como para decir que ellos también publican tebeos en catalán, pero sin interés ni ganas y con el consabido añadido de la falta de logística y distribución que tiene toda

Esto no es un inciso, pero no sé cómo ligarlo temáticamente. Con un punto y aparte.

El otro día leía la revista DCidob número 100 (el enlace la parte que utilizo). Hacían un repaso de las Relaciones Internacionales entre los años 80 y 00. Pero se remontaban a todo el siglo XX. Cuando lo releí, no localicé exactamente lo que me dio la idea, pero ahí tendría que estar: en eso de que: 

Los demócratas estadounidenses habían dominado las factorías de ideas durante medio siglo, desde los tiempos del presidente Franklin D. Roosevelt. Un factor determinante de la hegemonía estadounidense en el siglo XX fue su modelo económico, una combinación de producción masiva y consumo de masas, y una política exterior basada en lo que el liberalismo internacionalista denominó convergencia armónica, abogada de las instituciones multilaterales.
De alguna manera, derivo la idea de que el crecimiento económico del siglo XX se basa en  el Capitalismo de masas, el que enfocado al consumo de ídems que supera al enterior enfoque industrial basado en la industria pesada, en los bienes de equipo o de capital). Se produce en masa, para venderlo al consumidor final. Coches, neveras, muebles... El Socialismo, por lo general, sobretodo con el atoramiento mental de Stalin, se basa en el Capitalismo de bienes de capital. Uno de sus problemas es la incapacidad para pasar al consumo, de ahí la insatisfacción creciente en ciertos sectores sociales desde los años 70 y 80.

Ese modelo de producción en masa enfocado...

Bueno, vale, vuelvo a comenzar: durante las dos Revoluciones Industriales del siglo XIX:  la primera (carbón, vapor) y la segunda (petróleo, sociedades anónimas, electricidad), tenemos noticias de la miseria, pese a que los datos estadísticos hablan de crecimientos de la producción, del PIB (Producto Interior Bruto), etc.: para la miseria  y problemas sociales,he ahí el gran mangaka Charles Dickens, de quien me enteré hace poco, ¿en un tomo de Krazy Kat? que escribía junto a un ilustrador, osea que colaboraban juntos y por eso sus personajes les parecen tan vívidos a los británicos y estadounidenses, que han leído a ese autor y no sólo han visto sus películas y dibujos animados. Para comprobar que es un mangaka, he ahí  el tankobon Historia de Dos Ciudades. La industrialización fabrica bienes de equipo o de capital, esto es, infraestructuras: se arreglan las carreteras y caminos que no se habían arreglados durante siglo y medio, se hacen vías de tren, túneles, puentes y edificios... esto implica extracción de carbón y otros minerales, y máquinas para aumentar su extracción y su manipulación, en lo que es la industria siderúrgica y metalúrgica. Ahora nos beneficiamos de puentes del siglo XIX, pero la gente del siglo XIX no lo hizo. Para saber cuáles son esos puentes: son los que no se caen cuando hay riadas.

El modelo de crecimiento de la industrialización de bienes de equipo lleva al colonialismo (Lenin: el Imperialismo, estadio superior del Capitalismo) y a las guerras industriales por la cuenca del Rhur entre la Alemania unificada de Bismarck y la Francia de Napoleón III (el sobrino de su tío,según el inevitable Marx), por Silesia o por otras zonas industriales o mineras, así hasta llegar a la Primera Guerra Mundial, epítome de la economía de bienes de equipo (armas pesadas).

La crisis del 1929 y su depresión económica posterior (Crisis: es el punto concreto, y depresión es todo el período) demuestra la ineficacia del modelo capitalista de producción de bienes de equipo. No es sólo eso. Hay más cosas. Pero, para salir de la crisis, se necesita tanto la intervención del Estado como la participación de los cuadrabeneficios de la mayoría de la población hasta entonces excluidos del consumo.

Como es habitual con los procesos sociales y económicos, es difícil separar qué fue antes y después, porque siempre hay montones de posibles precedentes y causas y consecuencias. Pero, desde principios del siglo XX, durante los años 10, se están llevando a cabo en Estados Unidos de América, aplicaciones científicas sobre la producción y sobre los productores, para conseguir más eficiencia, es decir, más producción por unidad invertida, y los obreros también son parte de esa inversión, así que son cronometrados, medidos, comparados, estimulados y hostigados para que produzcan más. Se ponen en marcha la cadena de montaje, el trabajo en cadena (aquí, las consabidas imágenes de Charlot, huy, no perdón, que los intelectualoides lo llamamos Chalschaplin) y la producción en masa (Taylor y Ford, entre otros). Se puede fabricar mucho y barato. Pero eso implica un mercado de compradores. Hay que convencer a la gente de que compren ese producto. Es fácil porque a la gente le faltan todo tipo de productos. Por otro lado, los modelos son únicos. Pero los competidores son varios.


En paralelo, se ponen aranceles a los productos extranjeros por parte de los países que necesitan colocar sus excedentes de producción. La sobreproducción (hay más productos que gente dispuesta a comprarlos) lleva a la expulsión de empleos (aumento del paro). Definitivamente, el Capitalismo necesita una masa de compradores (que sólo se conseguirá con un cambio de visión, con un colchón económico: políticas de bienestes, subsidios de paro y demás, es decir, inversión pública).
 
 Comienza la era de la publicidad. Se aplican técnicas psicológicas a las ventas... y se comienza a comprobar, por lo visto con cierta sorpresa que los productos estadounidenses se vendían mejor allá donde se proyectaban sus películas, en un Hollywood incipiente (según mis datos, que no son de Internet ni de ningún libro, sino de unos apuntes). Eso lleva a favorecer el cine estadounidense en Europa: es la mejor publicidad para los productos estadounidenses.

Junto con sus capitales, Norteamérica exporta también su estilo de vida




Ahora tenemos todos los elementos para la adquisición del estilo de vida estadounidense, no impuesto por la fuerza, sino por el convencimiento, porque los europeos y luego gente del resto del mundo, quieren vivir como ven en las películas, o en los tebeos, en las novelas o luego en las series de televisión estadounidenses. Puede que no se trate de tal o cual elemento en concreto ni de todo el paquete al completo, ni que todos deseen lo mismo de esas películas. Puede ser el modelo familar, el tipo de vivienda, el trabajo, el modo de vida urbano... Éxito económico comercial de la producción en masa dirigida al consumidor de cualquier país. Con eso también van sus ideas, expresamente escritas, implícitamente inducidas. No engañan, en realidad. Si hay órdenes de luchar contra los comunistas, siempre los malos serán soviéticos; si hay que promover el Plan Colombia, todos los malos serán colombianos (narcos, pero colombianos); o islamistas, si es lo que es toca. Si hay que tratar temas de limar cuestiones sociales y étnicas, pues la mitad de guiones tendrán esos temas. Si hay que explicar lo bien que va hacer elecciones y la democracia, pues también se explica. Si hay que fabricar empresarios, se hacen guiones con emprendedores de éxito.

Y entonces pasé a otro apartado de esa revista DCidob: el que habla sobre Asia. Si ya es triste lo que se dice sobre la Unión Europea, sin decirlo: proyecto fracasado y superado, cuya seña de identidad -el Estado del Bienestar- está siendo barrido, que políticamente en cuestión interior ni exterior ni de seguridad no tiene apenas ninguna influencia, y que sus ideas suenan bien en foros multilaterales pero luego los Estados prefieren venderse al mejor postor, a China o a Estados Unidos o a Irán, por ejemplo. Si eso es lo que se dice sobre Europa, ya es mejor que lo que se dice sobre Japón: nada, bueno, algo más que sobre Turquía, y casi tan poco como sobre la India (incomprensiblemente). El foco se centra en China, sin tener nada que decir y hablando sobre prospectivas.

Cuando se habla de Japón, desde los años 90 se hace en términos de crisis casi sistémica (del sistema): política y económica, pero si alguien quiere ir más allá le añade lo de "cultural". ¿Por qué? Porque han cambiado de primer ministro alguna vez, porque no sé que le pasa a la familia del emperador (hay varios centenares de japoneses más, se olvidan de decir) y porque están en estancamiento económico frente a una China o una India que crecen y crecen. ¿Dónde preferirías vivir? ¿En Japón o en China? ¿En la India o en Alemania? ¿En un sitio sin hospitales públicos ni escuelas públicas, sin subsidio de paro, con altos niveles de corrupción -es decir, que como ciudadano te van a hacer pagar y untar a todo para conseguir cuatro migajas-? Es una cuestión, sobretodo, de imagen. Como si el tiempo de Japón se hubiera acabado sin haber llegado.

El modelo económico de Japón es el de Capitalismo de consumo, con cierre de fronteras a los productos de fuera, osea, como Estados Unidos casi ahora pero sobretodo en el primer tercio del siglo XX (cuando ayudó a hundir la economía europea al impedirles exportar y aumentarles los déficits comerciales y la sobreproducción que explota en los años 30). Japón exporta pero no suele importar. Es un mercado de difícil acceso. Han fabricado, copiado, inventado máquinas de todo tipo. Se puede decir que se sacaron de la manga la Tercera Revolución Industrial (Electrónica de consumo): informática, vídeojuegos, vídeos, televisiones, radios, ¡karaokes!, trenes bala, de todo. Y exportaron dos únicos productos culturales: el anime y el manga, que es como la mitad de la producción editorial japonesa.

El anime llega a Europa en producciones pensadas para ellos: adaptaciones de clásicos literarios (¿quién convierte una obra en un clásico? Me temo que no siempre el público). Se realizan coproducciones con cadenas de televisión (públicas, o porque eran las que habían o porque eran las que pagaban). Eso lleva a que, más que vender el estilo de vida japonés, se vende el estilo de vida de una obra literaria nacional de un Estado europeo. Y aquí llegamos al tema del fracaso o de la oportunidad desaprovechada del manga por parte de Japón. La Abeja Maya se hace con una tele alemana, etcétera.

Cuando llegan series japonesas-niponas (digamos como una coproducción con ellos mismos, por hacer el chiste), resulta que sí que hay elementos japoneses, pero bastante desvaídos: salen robots gigantes (puede que por lo de la producción de Electrónica e Informática: es como que saben que tienen ese futuro robótico al alcance de la mano) y salen bombas atómicas (Hiroshima, Nagasaki; el trauma del enemigo convertido en su mayor valedor; pero no olvidemos que la energía nuclear es la principal en Japón, uno de los países que más passssa de la Ecología). Luego, en Doctor Slump veremos que comen cosas raras, unos platos como de plástico... sopa, fideos... siempre fideos... Puede que fueran platos precocinados. Estamos en los años 80-90, y eso aún está por llegar a España. Y las Artes Marciales.

Pero todo lo demás puede ser perfectamente estadounidense: desde el estilo de casa hasta los nombres occidentalizados de muchos nombres propios en series (en las series de anime traídas de Italia por Telecinco y Antena 3, los nombres de pila eran españoles o ingleses y los apellidos eran ingleses). Pueden vivir en casas con jardín, como en las pelis yankis.

Al hilo: la película española de animación Planet 51 lo planteaba perfectamente por boca de sus autores: el mundo que quisieron mostrar era como unos Estados Unidos de los años 50, de las películas, con barbacoas en el jardín, coche familiar, urbanizaciones (allí, suburbs o suburbios) como los de Los Angeles y otros lugares, aptos para ir en coche, sin transporte público que no sea el autobús escolar amarillo, etc. Y con los aparatos estadounidenses al uso. Es como que lo que se tiene que reflejar, como un deber, es la sociedad estadounidense, el estilo de vida americano de las películas incluso para hacer ficciones en otros país y otra realidad social, o para venderlas a otros países.

En vez de intentar vender Japón o España, los japoneses y los de Plane51 optan por vender Estados Unidos.

Los mangas y los animes tienen éxito. Existe un público, no voy a decir exponencialmente creciente, pero sí existente, que se asoma con curiosidad de consumidor ante esos elementos que aparecen en los mangas, a lo poco que se deja entrever del estilo de vida japonés, del que no es sólo trabajo-trabajo-trabajo. Tampoco en las pelis yankis sale que sólo tienen dos semanas de vacaciones ni otras cosas incivilizadas, como que el consumo de masas ha evolucionado hacia el consumismo de masas desde hace décadas y que eso pone a todos los ecosistemas del planeta en situación límite y agónica. Que existe todo un mundo de consumo, de posible exportación de ese estilo de vida y de sus productos de Japón a Europa... pero Japón lo ha desaprovechado. De hecho, la existencia de personajes de ojos enormes, pese a que pueda ser una iconografía tradicional y un culto a los ojos de siempre, en realidad tiene el efecto de convertir en protagonistas de historietas japonesas a personajes occidentales.

La exportación del estilo de vida no es fácil, requiere conocimientos, creatividad,
innovación y tecnología, dice Guillermo Arosemena Arosemena en La globalización del estilo de vida
 Pero todo eso lo tiene Japón... ¿por qué no lo hace? Porque falta un ingrediente que se deja ese autor: voluntad, ¿por ejemplo? No es sólo la capacidad sino también la voluntad.

Durante años, y no he ido a todos los salones del manga, en parte por eso, hemos podido ver la misma exposición aburrida por repetitiva del Consulado de Japón, con el mismo traje de samurai y las mismas cosas de siempre. ¿Por qué el Consulado de Japón, el gobierno y el Estado de Japón desaprovechan esa oportunidad de vender su forma de vida, sus productos, cultura, turismo y demás en un Salón del Manga, donde hay un público cautivado más que cautivo?

Recuerdo una escena un año que hicieron una charla en un Salón del Manga, sería hacia el 2000: ¿cuántos de vosotros querríais ir a Japón?, se preguntó en un acto que hablaría sobre tribus urbanas japonesas o algo así. Casi todo alzaron la mano: eso implicaba a unas 200 personas de varias edades, aunque seguramente entre los 15 y los 30 años en su mayoría. En aquel acto entraba y salía gente continuamente, pero cada uno se estaba una media de 10 minutos. ¿Cuánta gente pasó por allí a escuchar cosas que no le tendrían que importar? ¿Cómo es que no fue aprovechado por un ente tipo "Cámara de Comercio de Japón" para ver las posibilidades de expansión de sus negocios fuera de un Japón que se nos dice que está económicamente estancado?

¿Cuánta gente hay aprendiendo o con voluntad de aprender japonés en una Barcelona que no dispone de plazas de idiomas, puesto que no es la ciudad capital del Mediterráneo que se nos publicita? Más gente que nunca está haciendo japonés, o al menos probando a ver qué tal.

¿Qué hacen las instituciones japonesas? ¿Lo promueven? No: lo promueve el sistema dual catalán-versión original en japonés del Club Super3 (Televisió de Catalunya). ¿Por qué ese desinterés de los decisores públicos japoneses ante esa posibilidad?

Fuera de Barcelona existe "gente manga" por todos sitios.

Existen restaurantes japoneses, me diréis. Sí, pero son chinos. ¿No existe ninguna agencia de calidad de la gastronomía japonesa? ¿No tienen interés por promocionar su cocina en un público interesado en catarla?
¿Y dónde ha visto la gente comidas o posibilidades de comer cosas japonesas? De los mangas. De los animes.

Los ejemplos se pueden multiplicar: aparatos, trastos, pijamas infantiles de esos que son como un disfraz... elementos divertidos de Japón. Elementos atractivos de Japón que hemos visto en los mangas y en los animes pero que son una oportunidad desaprovechada por parte de las instituciones japonesas.

Suponemos que es que, en realidad, ya ganan suficiente dinero sin meterse en berenjenales.


Por otro lado, el mundo, desde el crecimiento del capitalismo salvaje de China y de su capacidad fabricante y exportadora, con un tipo de cambio manipulado a su favor, y con otros Estados emergentes, que pueden ser tanto la India como Brasil o la República Sudafricana, como Turquía, Indonesia o Malasia, entra en un sistema multipolar desequilibrado a nivel económico y de todo tipo de influencias. No se puede confiar en el pasado y listos. Se están pasando los Estados africanos a China, porque fabrican mucho más barato lo que ellos le piden, independientemente de la calidad. Y la publicidad la tienen cada día: "son la fábrica del mundo", "van a superar como quinta cuarta o tercera economía a tal, tal y tal país". Nunca se habla de la realidad: del PIB/cápita, es decir de la desigual distribución de la renta (con el agravante de que es un país formalmente socialista, es decir, igualitarista), no se habla de los problemas de salud, seguridad, ecología (dumping en todos esos campos con respecto al resto del mundo: costes que no se tienen). Pero quitan contratos: por eso, tal vez Japón se comienza  mover poco a poco para competir en un mundo donde se complica la antigua antigua relación trilateral (EUA-UE-Japón) y se convierte en algo con más competidores. Igual es por eso por lo que Japón ha dado el premio a Ficomic como entidad organizadora del Salón del Manga (con participación económica de las Administraciones Públicas que, si no, aquí no se mueve nadie).

El premio ha sido entregado el 20100714, osea, en este mismo año, por parte, ni más ni menos, que del Ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Katsuya Okada. Soy incapaz de encontrar la página del gobierno de Japón donde se diga que han dado este premio. Tampoco encuentro el nombre oficial del galardón.

Por esas fechas, el Embajador de Japón en España inauguraba la Expomanga 2010 en Madrid. ¿Vendrá a L'Hospitalet de Llobregat también?

No me parecen cosas banales. Llegan con muchos años de retraso pero igual es que Japón ya se ha dado cuenta de que el manga y el anime o los vídeojuegos no es sólo venderlos por sí mismos sino por lo que pueden comportar detrás de penetración de productos y servicios japoneses, así como de elementos intangibles culturales.